Para definir el ecosistema de agentes económicos del español, no debemos prescindir de la corrección como activo y buena práctica empresarial.

En un mundo donde la imagen de la empresa está ligada al acto comunicativo, el cuidado del lenguaje ha de extrapolarse más allá de las editoriales. La generación de contenidos web o la participación en redes sociales es una condición sine qua non para ser competitivos. Generar contenidos de calidad posiciona a la empresa como referente en el mercado y atrae a los potenciales clientes a la marca; descuidar la corrección lingüística podría traducirse en pérdida de credibilidad, desprestigio o indiferencia ante un acto comunicativo fallido.

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Pero la publicación de contenidos en Internet tiene además otro receptor objetivo: Google. Desde el posicionamiento SEO, sabemos que para ser visibles hay que redactar con corrección. No solo es importante utilizar las palabras clave para recuperar información, debemos tener en cuenta  que Google castiga las faltas de ortografía y gramática.

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